Ramon Llull y su Ars Magna – 27 de Noviembre Día del Beat Ramon Llull
Hoy es 27 de noviembre, día del Beato… el patrón de los ingenieros informáticos. Un hombre conocido como el Doctor Illuminatus, Arabicus Christianus o Doctor Inspiratus.
“Su vida es un torbellino de polvo de todos los caminos, desde Armenia hasta Santiago de Compostela, desde Paris hasta Túnez, desde Chipre hasta Roma; y su cabeza es un hervidero de ideas repartidas por la totalidad de los rincones del saber, desde la complicada metafísica hasta la medicina o el derecho, desde la utopía ilusionada hasta el práctico consejo misionero; y su pecho es un foco de amantes sugestiones, que irradia unas veces en desconsolados tramos de desesperanza, otras en peticiones acuciantes, otras en luminosos cantos de alegría y otros en sinfonía heroica del deseo de morir por Cristo”
Francisco Elías de Tejada
De la ingente cantidad de información y estudios que se han hecho sobre Ramon Llull, nos vamos a detener en el Ars Magna, o su intento de crear la ciencia de las ciencias: ofrecer un criterio para un ordenamiento preciso y racional de todo lo cognoscible.
“Si no fuera posible demostrar la fe, los infieles se podrían quejar a Dios”; “Si algo es verdadero, ha de ser demostrable para que no haya contradicción en la creación”;
Ramon Llull (1232-1315).
¿Qué es el ARS MAGNA?
Es un sistema que aplica una lógica entendida como llave de la realidad universal. La creación de un método instrumental que fuera al mismo tiempo lógica y metafísica; que, a diferencia de la lógica tradicional, se ocupara de la correspondencia entre el pensamiento y la realidad.
Es un método simbólico algebraico que, a partir de escalas, arboles de conocimiento y círculos que interactúan mecánicamente entre si, pretende construir proposiciones. Por ello, Ramon Llull también es considerado un pionero de la computación.
¿Cómo funciona la máquina?
Ars Magna quería explicar de forma racional la fe, para ello se debía unir la filosofía y la teología llegando, incluso, a contradecir a la propia Iglesia Católica.
Es una máquina mecánica lógica donde las sentencias, los sujetos y los predicados teológicos se organizaban en figuras geométricas. Para su maniobra, había diales, palancas, y unas manivelas giratorias que movían las diferentes proposiciones y tesis a lo largo de unas guías, y que se detenían finalmente en una de las dos posibles posiciones que indicaban la respuesta: afirmativa, que indica certeza de la proposición, o negativa que marca la falsedad de la misma.
Así, según Llull, la máquina podía probar por sí misma la verdad o falsedad de cualquier razonamiento que se le introdujese. Se puede decir que intentó mecanizar todo el conocimiento en una máquina. Así pues, Ramon Llull inventó, anticipándose más de 600 años a Turing, una máquina que pretendía pensar, y que usaba un lenguaje propio, con un alfabeto de nueve letras (B C D E F G H I K) y unos discos de pergamino que representaban la memoria de su máquina. Diez discos a la derecha, para las preguntas, y otros diez a la izquierda para las respuestas.
Para Llull , el conocimiento estaba formado por la yuxtaposición de una serie de ideas básicas, (raíces) y su combinación organizada era la que debía llevar al conocimiento científico (scientia generalis).
Llull pretendía almacenar términos de validez universal, como podían ser bondad, grandeza, eternidad, poder, sabiduría, voluntad, virtud, verdad, gloria, etc, que eran codificados en uno de los elementos del alfabeto, que, evidentemente, también albergaba otros significados. Por ejemplo, B puede significar bondad, diferencia, Dios, justicia y avaricia, y lo mismo para el resto de letras hasta la K. Finalmente, en relación con estas letras, se forman distintas “figuras” donde se organizan, de forma combinatoria, todas las diferentes posibilidades, aplicando principios distintos, cada vez más complejos, hasta formar tablas con cápsulas de tres y cuatro letras, del tipo: “la bondad es grande”, o “el poder es eterno”, “la sabiduría es buena”, “la verdad es inteligible”, “la eternidad es gloriosa”, etc
La técnica es la misma en todos los casos: hallar los elementos básicos y combinarlos mecánicamente entre ellos o con los elementos de otras figuras.
Muchos de los libros de Ramon Llull tratan de aplicaciones de su Ars magna, que presentan en cada ocasión pequeñas variaciones de términos y símbolos. Otros libros son versiones breves, populares, destinadas a lectores de menos formación intelectual. Además de estas figuras, se valió también de diagramas de árbol para indicar subdivisiones en géneros y especies. Llull aplicó su método combinatorio a la astronomía, la astrología, la medicina etc. Mediante esta fórmula instrumental, planteó en sus obras cuestiones difíciles, algunas de las cuales solucionó y razonó, mientras que en otros casos indicó como se debía proceder, o bien quedaron abiertas a la interpretación.
Amado y odiado
Ramon Llull fue el primero en la historia de la lógica formal en valerse de diagramas geométricos con el propósito de descubrir verdades no matemáticas y de utilizar un dispositivo mecánico para facilitar el manejo de sistemas lógicos, y todo lo reconocemos desde la perspectiva de los siglos.
¿Pero fue acaso un hombre valorado en su época?
No todo fueron elogios para él. Algunas órdenes religiosas, como los dominicos, tenían el Ars magna como la obra de un demente.
Francis Bacon encontraba ridículo el funcionamiento y aplicación del extravagante método luliano. Muchos estudiantes abandonaban el método por la complejidad que desentrañaba.
En cambio, Giordano Bruno (s. XVI-XVII) y los franciscanos quedaron fascinados con el Ars magna y por el conocimiento de Llull. Más tarde, René Descartes (s. XVII) advirtió que el Ars de Llull servía para hablar de lo que en realidad se ignora más que para comprender verdades desconocidas.
Varios años después, Gottfried Wilhelm Leibniz (s. XVII-XVIII) quedaría fascinado, ya desde joven, por el método de Llull. Leibniz fue el primero en ver en el método luliano como una posibilidad de aplicación a la lógica formal. Pero, al igual que Llull, Leibniz fue incapaz de ver, en ese momento, lo restringidas eran las aplicaciones de tal técnica y lo descabelladamente visionaria que era.
Podríamos concluir que la realidad teórica subyacente en el artefacto diseñado por el filósofo mallorquín era una fusión o identificación de la teología con la filosofía, orientada a explicar las verdades de ambas disciplinas como si fueran una única, a partir de unos pocos axiomas y por medio de un procedimiento ordenado y lógico pudiera demostrar la existencia de Dios.
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Referencias:
Barenstein, J.: (2012). Studium. Filosofía y Teología n. 30 pp.335-348.
Cassanyes Roig, A. y Ramis Barceló, R.: “El atentado antiluliano de 1699 en el marco ideológico de la Universidad de Mallorca”. Història: 1ª Època (1953-1955): Memorias de la Academia Mallorquina de Estudios Genealógicos. ISSN 1137-6414. 2ª Època (1993-2001) Memòries de l’Acadèmia Mallorquina d’Estudis.
Juan Bms. Vallet de Goytisolo. Colección del pensamiento medieval y renacentista. EUNSA, Pamplona, 2004.
Casadesús, R.: (2016). Combinación lógica o lógica combinatoria en Ramon Llull? Una ojeada al Ars magna. Facultad de Filosofía. Universitat Ramon Llull
Cuartero, F.: (2012). Ramon Llull, El Ars Magna y la Informática. Blogs de sociedad, El país